Año: 2009 Estilo: Grindcore, Death Metal Nota: 8,4/10
Aquí tenemos el 14º disco en la discografía de de Napalm Death. Lo primero que se debe saber acerca de este álbum es que en las entrevistas, Shane Embury declaró que querían que que fuera más experimental que su trabajo anterior "The Code is Red, Smear Campaign". La última vez que Napalm Death fue experimental fue a mediados de los 90, lo cual, aunque los 4 álbumes que lanzaron en esa era eran decentes, no era nada comparado con lo que eran capaces de hacer. Eso significa que sacrificaron su brutalidad y velocidad de marca registrada por un sonido más relajado y semi-feroz. Pero resulta que la palabra experimental se ha redefinido, o la usaron para querer decir "vamos a agregar algunas influencias técnicas". En las siguientes líneas os explico el porque.
Vamos a empezar con la voz. Barney es uno de los pocos afortunados cuya voz solo se vuelve más poderosa a medida que pasa el tiempo. Barney muestra en este álbum que la edad no hace una mierda para obstaculizarlo. El mejor ejemplo de su destreza vocal se puede encontrar en la pista 3, Work to Rule. Aquí lo primero que oímos de Barney es lo que solo se puede describir como el ladrido de los sabuesos del infierno cuando se desatan sobre el mundo, dando su actuación más brutal hasta la fecha. Realmente muestra su liberación más rápida hasta el momento. Otro ejemplo brillante de esta genial voz se puede encontrar aproximadamente a la mitad de la misma canción. O la banda usa alguna distorsión importante o Barney es capaz de voces tan inquietantes y brutales que Satanás se cagaría sobre si mismo. Por último, en la voz tengo que reconocer a Mitch y sus locos gritos agudos, al igual que en todos los demás álbumes, pero con cada trabajo se nota en progreso y esto no es una excepción.
Luego tenemos los tambores. Danny Herrera es un baterista muy talentoso, sin duda. En general, su batería en un momento dado en el álbum no se destaca más que otras instancias del disco porque hace lo mismo para cada canción. La transición con la velocidad de cada tema la toca rápido como el trueno, ralentiza y repite. Aunque hay que destacarle algo interesante y es que él sostiene que con Napalm Death hace sus blast beats con una sola mano, algo que de por si es impresionante. En sus álbumes anteriores, eso es obvio porque los tambores suenan un poco planos y distantes, pero en este trabajo ese sonido se ha ido, y toca más rápido que nunca, así que o decidió ir con dos manos, o tiene más talento del que tenia antes. Impresionante en definitiva.
La guitarra de Mitch Harris ha sido una fuerza impulsora en Napalm Death durante la mayor parte de su existencia. Aquí en "Time Waits for No Slave" no es diferente. Es donde entra la mayor parte de la experimentación, como dije antes, experimental en este caso significa, algunas influencias técnicas. Mantiene para la mayoría de todas las canciones la estructura tradicional de canciones de Napalm Death, pero en algunos momentos lanza algunos riffs técnicos, lo que se suma a la atmósfera general de este álbum, lo que refleja un esfuerzo atronador no visto en Napalm Death hasta el momento. Su guitarra parece una maldita licuadora.
No obstante hay que recordar que los que tenemos aquí son los creadores de grind clásico y no están vinculados por el protocolo de grind moderno ni blasfemias similares. Siguen sonando a Napalm esparcido por tus oídos, contagiando tu cuerpo en cada acorde.
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